miércoles, 12 de noviembre de 2008

Barack Obama se quita la careta


Nada de Mr. Nice. Fuera con esa imagen de OBamby. Barack Obama ha decidido que será un presidente duro con los problemas y que no trasladará sus muebles a la Casa Blanca para hacer amigos. Y hará suyas esas palabras de Harry Truman cuando dijo que "si quieres un amigo en Washington... comprate un perro". Y por eso además de a su mujer, a su suegra y a sus dos hijas se traerá un perro de Chicago. La decisión de contratar a Rahm Emanuel como jefe de gabinete es un aviso a sus amigos y enemigos que Obama se ha quitado la careta y que no quiere que le llamen más Sr. Bueno o que le confundan con un personaje de Walt Disney.
La reacción del único líder del Partido Republicano que sale reforzado de las elecciones del martes, John Boehner, el congresista de Ohio jefe de la oposición en el Congreso, ha sido una prueba de que los conservadores tiemblan. "Es irónica la elección de un presidente electo que ha prometido traer el cambio a Washington, un estilo de política más pacífico y un gobierno más ecuánime". A Emanuel le llaman 'Rahmbo' porque no deja titere con cabeza y sabe muy bien cómo lograr las cosas. Doblando el brazo de aliados y adversarios hasta obtener lo que quiere y para eso ha abandonado su sueño de ser algún día el presidente de la Cámara de Representantes para convertirse en el portero de noche del presidente electo, en el hombre que controla la entrada al Despacho Oval, el varón que está más cerca de él y la persona que más veces le tendrá que decir: No Mr. President.
La grave crisis económica a la que se enfrenta esta nación, la falta de dinero en las cajas del estado y con un millón de parados este año obligan a Obama a dejarse de las florituras léxicas y a las bellas formas habituales de sus discursos como candidato. Y por eso ha mandado un mensaje a los republicanos y también a los demócratas en el Congreso. Nadie podrá ningunear a un presidente inexperto, que tiene pocos amigos en Washington y que llega repleto de ilusiones. Los norteamericanos le han elegido no para hacer amigos sino para atacar los problemas económicos, financieros, hipotecarios, dar seguro médico a los 45 millones de ciudadanos que no los tienen y buscar mejores escuelas para sus hijos. Y por los nombres que circulan en Washington que acompañarán al presidente en su gabinete a partir del 20 de noviembre parece claro que no busca muchos pelotas que le sonrían y le digan a todo que sí.
No es el presidente todavía pero ya ejerce mucha influencia en los planes que tiene el Congreso para ayudar a los norteamericanos. Es posible que en pocas semanas los líderes demócratas presenten a Bush un nuevo plan para estimular la economía y dar a los ciudadanos 100.000 millones de dólares adicionales para ayudarles a superar la cuesta de enero. Una ayuda que será seguida de un plan de recortes de impuestos para las clases medias y bajas con el objetivo de beneficiar a aquellos que más han sufrido durante los tiempos de bonanza para los ricos con Bush en la Casa Blanca.

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